Close-up of a police car's blue and red emergency lights on top, with a sunny cityscape in the background, symbolizing law enforcement presence in an urban setting.

Cómo la Teoría de la Actividad Rutinaria Explica la Autoprotección en Estudiantes Universitarios

Revisión de Literatura: Teoría de la Actividad Rutinaria y Comportamientos de Autoprotección en Universitarios

Este artículo analiza el estudio titulado “College Students’ Lifestyles and Self-Protective Behaviors: Further Considerations of the Guardianship Concept in Routine Activity Theory” (Tewksbury y Mustaine, 2003). Fue realizado por el Dr. Richard Tewksbury (Universidad de Louisville) y la Dra. Elizabeth Ehrhardt Mustaine (Universidad de Florida Central), y es una contribución relevante para comprender los factores que influyen en el uso de medidas de protección personal en entornos universitarios.

Marco Conceptual

La teoría de la actividad rutinaria, desarrollada por Cohen y Felson en 1979, sostiene que el delito ocurre cuando confluyen tres elementos: un delincuente motivado, un objetivo adecuado y la ausencia de un guardián eficaz. Este marco ha sido ampliamente utilizado en estudios de criminología ambiental y en análisis de delitos oportunistas.

Objetivo del Estudio

El estudio examina dos elementos clave de la teoría de la actividad rutinaria: el concepto de guardián (en este caso, estrategias de autoprotección) y las características individuales como el estilo de vida. Utiliza datos recolectados mediante encuestas autoaplicadas durante las primeras tres semanas del semestre de otoño de 1996. Participaron 1,513 estudiantes de nueve instituciones de educación superior en ocho estados de EE.UU.

Variables y Metodología

La variable dependiente fue el uso de medidas de autoprotección, incluyendo spray de pimienta, armas personales, alarmas o estrategias de evitación. Las variables independientes incluyeron percepción del entorno, empleo, estilo de vida, transporte utilizado, consumo de drogas, e interacción con desconocidos.

Hallazgos Clave

  • La percepción de inseguridad o el temor al crimen no predijeron de forma significativa el uso de medidas de autoprotección.
  • Estudiantes empleados tenían un 40% menos probabilidad de usar medidas de protección que los estudiantes desempleados.
  • Estudiantes que vivían cerca de estaciones de policía eran 66% más propensos a protegerse.
  • Vivir cerca de restaurantes de comida rápida se asoció con 27% menos uso de medidas de protección.
  • La presencia de jóvenes no supervisados aumentó el uso de autoprotección en 23%.

Factores Demográficos y de Entorno

Las siguientes condiciones comunitarias influyeron en el uso de protección personal:

  • Estaciones de policía: La constante presencia policial puede actuar como recordatorio constante del riesgo de crimen.
  • Comida rápida: Lugares más transitados podrían transmitir una falsa sensación de seguridad que reduce la percepción de amenaza.
  • Jóvenes sin supervisión: Se asocian con mayor desorganización social y aumentan la percepción de riesgo.

Estilo de Vida y Conductas de Riesgo

  • Estudiantes que consumieron crack tenían 236% más probabilidad de usar medidas de autoprotección.
  • Interactuar con extraños o caminar frecuentemente aumentó las probabilidades de autoprotección en 19%.
  • Estudiantes que socializan en lugares desconocidos tienen mayor conciencia de su vulnerabilidad.

Limitaciones del Estudio

Aunque el estudio tiene una muestra amplia, está limitado al contexto de Estados Unidos en los años noventa. Las variables culturales, la evolución tecnológica (como el uso de smartphones y apps de emergencia), y los cambios en la percepción del crimen requieren actualizaciones constantes.

Aplicaciones de la Teoría en el Contexto Mexicano

En México, la Teoría de la Actividad Rutinaria es útil para comprender dinámicas delictivas en entornos urbanos y rurales. Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, durante el tercer trimestre de 2023, el 61.4% de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro. Además, el 41.9% de la población modificó su hábito de caminar por los alrededores de su vivienda después de las 8 PM por temor a ser víctima de la delincuencia.

En zonas urbanas, delitos como robos a transeúntes, extorsiones telefónicas y asaltos en transporte público suelen coincidir con la ausencia de guardianes visibles y la presencia de objetivos accesibles. Por ejemplo, estudiantes universitarios que regresan a casa por la noche pueden enfrentar mayores riesgos si transitan por áreas con poca iluminación y escasa vigilancia. Para mitigar estos riesgos, algunos optan por medidas de autoprotección como portar alarmas personales, utilizar linternas de alta potencia o evitar rutas consideradas peligrosas. Estas acciones reflejan la aplicación práctica de la teoría en la vida cotidiana.

Ejemplo Aplicado

Andrea, estudiante de psicología en Oaxaca, cambia su ruta al volver de la universidad, evita calles solas y lleva gas pimienta. Vive cerca de una estación de policía pero también en una zona con alta movilidad juvenil. Aunque no ha sido víctima directa de un delito, adopta estas medidas tras escuchar de robos a sus compañeras. Su comportamiento refleja la influencia del entorno en la autoprotección, no necesariamente del miedo directo.

Importancia para Investigaciones y Prevención del Crimen

Estos hallazgos destacan la necesidad de considerar factores sociales y conductuales específicos al diseñar políticas de prevención en campus universitarios. El concepto de “guardián” en la teoría de la actividad rutinaria se ve influido más por el entorno y estilo de vida que por el miedo subjetivo al crimen.

Aplicaciones en Investigación Criminal y Seguridad

En investigaciones reales en México, estos factores coinciden con hallazgos en casos de extorsión, violencia de oportunidad y robos a transeúntes. Como investigador licenciado en México, estos elementos se incorporan en evaluaciones de riesgo para instituciones educativas, hoteles y complejos residenciales.

Perspectiva Profesional

Los profesionales de la seguridad deben integrar herramientas modernas de análisis de entorno, mapas de calor del delito, y evaluaciones conductuales para identificar factores de riesgo que, aunque subjetivos, pueden ser predictivos. La colaboración entre sociólogos, criminólogos e investigadores privados es clave para desarrollar estrategias adaptadas a entornos específicos como universidades o zonas turísticas.

Fuentes Citadas

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Contacto Profesional

Fahad Hizam es investigador privado con licencia federal en México. Especializado en delitos financieros, prevención de fraude y verificación de antecedentes. Trabaja con aseguradoras, abogados y clínicas en más de tres países.

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